viernes, 17 de abril de 2009

La guerra

El día que estalló la guerra habíamos dormido juntos. La noticia nos dejó sorprendidos. ¿Quién podía imaginar que en un país como éste iba a estallar una guerra de la noche a la mañana? Nos miramos a los ojos, asustados... Desde mi casa no oíamos las bombas ni veíamos a los militares pero en las noticias veíamos el Parlamento tomado por los militares y los tanques entrando en la Zarzuela. Cnn+ informaba que no tenían ni idea de quien estaba tras los asaltos. El estado declaró el estado de emergencia, la gente se había echado a las calles para saquear supermercados, hipermercados y tiendas en general. Provisiones (la guerra iba a estallar). Yo tenía poca cosa en la nevera, fue entonces cuando decidimos que te instalabas ahí con lo puesto. ¿Qué más necesitamos para sobrevivir a una guerra que estar juntos? Total, sólo es una película...

miércoles, 15 de abril de 2009

Se mueve

Como el mundo se mueve, yo también. Ahora escribo mi propio libro de almohada, acompañada de Albert Anguela en protonovelas.blogspot.com

Todavía estamos empezando...

Invitados quedáis a participar.

martes, 17 de marzo de 2009

Cabeza de borrascas


Tengo una cabeza de borrascas con sus nubes, sus rayos y sus truenos. Tengo la cabeza en otras cosas: en Valencia, 826, siempre, en los sueños y en las esperanzas. Tengo la cabeza llena de un anticiclón emocional. Ya no tengo penas. Ya no tengo cansancio existencial. Ya no tengo vampiros en mi almohada... y prefiero callarme o meterme la mano en la boca y arrancar de un sólo tirón las cuerdas vocales a decir lo que pienso. No seré yo quien siembre tempestades. Ya no me da la gana de contestar las inseguridades ajenas. Prefiero callarme.
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La imagen es de Carl Kleiner.

viernes, 13 de marzo de 2009

Dormir


Dormir entre la realidad y la pesadilla, a medio camino entre el sueño profundo y la duermevela.
Dormir como si se fuese la vida en ello...
(El exceso de sueño también mata)

Dormir y asesinar horas en ello.
Dormir y descubrir nuevos lugares.
Dormir y que se me quede colgado el sueño.
Dormir, abrir los ojos y que todo siga igual.
Dormir y que duermas a mi lado.
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La ilustración es de un corto de Jon Klassen.

Pd: yo soy de los "raritos" que preferimos dormir solos en una cama de matrimonio, pero me sorprende la cantidad de gente para la que es importante no dormir sola...
Ya sabes que es tuyo (más que mío) cuídate.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Blancanieves


Ella era una madrastra de cuento de hadas: sus piernas podrían haber sujetado cualquier templo romano, sus ojos saltones recordaban un sapo, las manchas en su piel eran desagradables a la vista, oído (cuando se las rascaba con aquellas uñas tan largas) y olfato (toda ella olía a una mezcla extraña se sobre y falta de aseo). Desde luego, no era la mujer más bonita del reino. Sin embargo, caminaba con zancandas grandes mirando a los ojos a todos los que se cruzaba y se permitía el lujo de mirar mal. Ella siempre se sentía intimidada en su presencia, no sé si por las sentencias o los juicios que ya había presenciado. Ella, dedo acusador, decidió que su hijastra debía morir. La pobre Blancanieves las pasó canutas. No quedó más remedio que mantener relaciones sexuales con el cazador para que no disparase. Luego se perdió por el monte, se comió hongos alucinógenos y se lió con un hombre con acondroplasia que pagó el favor con dos gramos de farlopa. Esa es la razón por la que ella fue contando que se lo montó con siete. Un día, hasta las narices de resacas y borracheras, se presentó en el palacio y defenestró a la madrastra. El mundo es un lugar mejor desde que palmó la fea... o eso dicen los que la sufrieron.
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Ilustración de Candy Birds.