martes, 17 de marzo de 2009

Cabeza de borrascas


Tengo una cabeza de borrascas con sus nubes, sus rayos y sus truenos. Tengo la cabeza en otras cosas: en Valencia, 826, siempre, en los sueños y en las esperanzas. Tengo la cabeza llena de un anticiclón emocional. Ya no tengo penas. Ya no tengo cansancio existencial. Ya no tengo vampiros en mi almohada... y prefiero callarme o meterme la mano en la boca y arrancar de un sólo tirón las cuerdas vocales a decir lo que pienso. No seré yo quien siembre tempestades. Ya no me da la gana de contestar las inseguridades ajenas. Prefiero callarme.
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La imagen es de Carl Kleiner.

viernes, 13 de marzo de 2009

Dormir


Dormir entre la realidad y la pesadilla, a medio camino entre el sueño profundo y la duermevela.
Dormir como si se fuese la vida en ello...
(El exceso de sueño también mata)

Dormir y asesinar horas en ello.
Dormir y descubrir nuevos lugares.
Dormir y que se me quede colgado el sueño.
Dormir, abrir los ojos y que todo siga igual.
Dormir y que duermas a mi lado.
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La ilustración es de un corto de Jon Klassen.

Pd: yo soy de los "raritos" que preferimos dormir solos en una cama de matrimonio, pero me sorprende la cantidad de gente para la que es importante no dormir sola...
Ya sabes que es tuyo (más que mío) cuídate.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Blancanieves


Ella era una madrastra de cuento de hadas: sus piernas podrían haber sujetado cualquier templo romano, sus ojos saltones recordaban un sapo, las manchas en su piel eran desagradables a la vista, oído (cuando se las rascaba con aquellas uñas tan largas) y olfato (toda ella olía a una mezcla extraña se sobre y falta de aseo). Desde luego, no era la mujer más bonita del reino. Sin embargo, caminaba con zancandas grandes mirando a los ojos a todos los que se cruzaba y se permitía el lujo de mirar mal. Ella siempre se sentía intimidada en su presencia, no sé si por las sentencias o los juicios que ya había presenciado. Ella, dedo acusador, decidió que su hijastra debía morir. La pobre Blancanieves las pasó canutas. No quedó más remedio que mantener relaciones sexuales con el cazador para que no disparase. Luego se perdió por el monte, se comió hongos alucinógenos y se lió con un hombre con acondroplasia que pagó el favor con dos gramos de farlopa. Esa es la razón por la que ella fue contando que se lo montó con siete. Un día, hasta las narices de resacas y borracheras, se presentó en el palacio y defenestró a la madrastra. El mundo es un lugar mejor desde que palmó la fea... o eso dicen los que la sufrieron.
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Ilustración de Candy Birds.

lunes, 9 de marzo de 2009

Juegos

La manera en la que tus ojos se clavan en los míos. Los susurros a media luz en el bar. Las caricias que nadie más ve y que sólo yo siento. El imperceptible gesto de oler mi cuello mientras pagas una cerveza en un bar lleno. La excusa para acabar en tu casa. El camino en coche hablando como si no nos conociésemos. Las cañas a media noche pasada con magdalenas. El casto beso de malasnoches. El sexo hasta que amanece. El café solo. El ya nos veremos, el no antes de quince días, el qué nos está pasando sin verbalizar, el acompáñame, el no soy tuya, el (ya no) te quiero, el estás bien, el silencio...
Haces fotos mientras yo describo, ves películas mientras leo a Capote, continúas mientras yo espero, tú que llegas cuando ya me he ido y yo que siempre llego antes... el silencio...
No creo en las parejas porque te creo.
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La ilustración es de Tomer Hanuka.

viernes, 6 de marzo de 2009

El andén


Se queda sentada en el andén mirando cómo se van los metros, cómo sube y baja la gente y las prisas de todos por llegar los primeros a las escaleras mecánicas. Por un segundo, si te fijas bien, puedes ver sus ojos brillar. Giras la cabeza (todos somos cotillas innatos) esperando distingir cualquier gesto que delate a quien esperaba... pero no. Vuelves a mirar sus ojos y puedes leer su decepción. Subes las escaleras y empiezas a pensar qué hará esa señora de cincuentaymuchos sentada en andén, bien vestida, oliendo a pachuli y rodeada de bolsas de basura. ¿Quién será la persona que pueda borrar la pena de sus ojos? Pero luego llegas a casa, te metes en tu mundo y la olvidas...

La ilustración es de Obsolete World. Seguro que pongo alguna más porque me encanta.

jueves, 5 de marzo de 2009

La noche en blanco


A las tres de la mañana yo dormía plácidamente mientras ellos se emborrachaban y discutían sobre cómo salvar el país de la crisis. Evidentemente, de eso me enteré más tarde. Era una noche cualquiera entre semana y los gritos rebotaban por la corrala haciendo que todos los durmientes abriésemos el ojo para no poder volver a cerrarlo. El tema se ponía feo. Justo cuando parecía que se iban a dormir apareció el hijo pródigo aporreando hasta la saciedad la puerta. "¿Te han soltado" Un grito ensordecedor seguido de ocho millones de beso por segundo al modo abuela, con voz de abuela. " Esto hay que celebrarlo". Los que dormíamos, aunque ya despiertos, dejamos un segundo los ojos en blanco antes de hundir la cara en la almohada. Entonces subieron la música, volvieron, con más fuerza que nunca, los gritos. Hablaban de la cárcel. El hijo pródigo había estado en la cárcel todo este tiempo...
Dos valerianas más tarde logré caer rendido hasta el disparo. Un PUM seco, intenso, un sonido que no se parece en nada a los que sacan en las series de televisión. Pensé que lo había soñado hasta que la vecina de enfrente se asomó a la ventana gritando que había llamado a la policía. " Te mato", resonó por el patio, a lo que la vecina contestó encerrándose en casa y llamando de nuevo a emergencias. Un rato más tarde, el show: tres coches de policia, la vieja diciendo que no les dejaba entrar en su casa, la policía llevándose al ex-recluso de nuevo, la ambulancia, el juez, el levantamiento de cadáver, el insomnio compartido en batín de andar por casa y zapatillas mientras, deseseperados, nos invitábamos a café en el rellano. La del 2º C grita "mierda, ya son las siete". El estupor se generaliza, la gente sale corriendo a las duchas, se secan el pelo, se peinan, se maquillan, se ponen tacones... Más tarde sale la estampida de los que entran a trabajar a las 08:30 A.M. Yo plancho mi camisa, tomo otro café, me pongo la corbata y salgo a trabajar. La gente piensa que los directores vivimos en la zona pija de la ciudad. Mienten. La vida aquí es mucho más divertida.
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Relato inspirado en la siguiente conversación robada en el metro entre dos trabajadores de un banco.

- Es difícil ligar en nuestro trabajo.
- Sí...
- Las mujeres se piensan que tu vida es un rollo sólo por el sitio en el que trabajamos.
- También piensan que vivimos en La Moraleja y claro, luego ven tu piso y...
- A eso me refiero, joder... No entienden que sigamos en el barrio.
- Hay que haber nacido aquí para quererlo.
- Sí, pero ya no es lo mismo: hay más latinos y desde que se ha muerto en Piyayo (1)...
- Sí, pero siguen las pelas del Goya.
- Un clásico
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(1) Piyayo: gitano maño del barrio de toda la vida. Loco. Caminaba por la calle con un transistor a pilas cantando. Salido y baboso. Nunca hizo nada malo a nadie, sólo gritaba groserías a las mujeres. Un símbolo de una época del barrio. D.E.P.

La ilustración es de Noneta.

martes, 3 de marzo de 2009

Los brazos cruzados


- Los brazos cruzados denotan rechazo. - Me decía mientras me miraba con unos gigantes ojos azules.

Sonrío mientras observo cómo se va haciendo cada vez más grande mientras las escaleras mecánicas me ponen despacio a su altura.

- No, tú no... no me rechaces! - me grita.
- Es que no me interesa.
- ¿ El negrito? No, eso es sólo publi de un pobre diablo que se cree que sana. ¡A mí, no me rechaces!
- Tengo que trabajar.
- Lástima, estaba en ello y me desconcentraste.

Y me siguió con la mirada hasta que no me pudo ver.