miércoles, 11 de marzo de 2009

Blancanieves


Ella era una madrastra de cuento de hadas: sus piernas podrían haber sujetado cualquier templo romano, sus ojos saltones recordaban un sapo, las manchas en su piel eran desagradables a la vista, oído (cuando se las rascaba con aquellas uñas tan largas) y olfato (toda ella olía a una mezcla extraña se sobre y falta de aseo). Desde luego, no era la mujer más bonita del reino. Sin embargo, caminaba con zancandas grandes mirando a los ojos a todos los que se cruzaba y se permitía el lujo de mirar mal. Ella siempre se sentía intimidada en su presencia, no sé si por las sentencias o los juicios que ya había presenciado. Ella, dedo acusador, decidió que su hijastra debía morir. La pobre Blancanieves las pasó canutas. No quedó más remedio que mantener relaciones sexuales con el cazador para que no disparase. Luego se perdió por el monte, se comió hongos alucinógenos y se lió con un hombre con acondroplasia que pagó el favor con dos gramos de farlopa. Esa es la razón por la que ella fue contando que se lo montó con siete. Un día, hasta las narices de resacas y borracheras, se presentó en el palacio y defenestró a la madrastra. El mundo es un lugar mejor desde que palmó la fea... o eso dicen los que la sufrieron.
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Ilustración de Candy Birds.

5 comentarios:

A corderetas con mi alma: "Corde" dijo...

¡Es didáctico de narices!Basta de solapar los cuentos.
¿No dicen que la realidad supera siempre a la ficción? Pues usted ha dotado de realismo a un cuento que en la realidad sucede más de lo que debiera.

PD: Me verifico con un: ¡bingoo! Un Eureka habría quedado más fisno, pero me vale.

albert dijo...

vaya hombre, se me adelantaron con el comentario, a mí también me parece más didáctico que la versión disney

Lostnilwen dijo...

Os recomiendo que os leáis 'El psicoanálisis de los cuentos de hadas' de Bruno Bettelheim. Te hace pensar mucho en lo que se puede decir y no a los niños...

Sobre todo tú, Corde, creo que te gustaría...

Lostnilwen dijo...

Os recomiendo que os leáis 'El psicoanálisis de los cuentos de hadas' de Bruno Bettelheim. Te hace pensar mucho en lo que se puede decir y no a los niños...

Sobre todo tú, Corde, creo que te gustaría...

Anónimo dijo...

Si después de asesinar a la madrastra fue al médico a cuidarse lo de la acondoplastia...¡plas, plas! Si la mató y aún asi siguió igual, ya me vale menos :-)

M