
Últimamente leo bastante sobre mitos y este fin de semana han ocupado parte de mis conversaciones que transmito para el debate público. Pongamos por ejemplo el mito de Ulises y sus pruebas mientras la pobre Penélope se queda en la playa esperando su regreso a Ítaca. No seré yo quien diga que lo tuvo fácil pero sí que creo que la historia de la humanidad sería otra si Penélope se hubiese dejado de tantos lloros y hubiese hecho algo. Algo. Cojons, por ejemplo, mandarle a la mierda, hacerse valer y olvidarse de un capullo que no sabe si se acuerda o no de ella. Pensemos, por ejemplo, que la historia fuese al revés. Penélope tiene que irse a cumplir las mismas pruebas y regresar a Ítaca para encontrarse con su amado Ulises. Seguro (y me juego una mano) que a su vuelta estaría con una de tetas operadas y dos amantes... ¿Por qué no cambiamos los mitos? ¿Por qué no las convertimos en heroínas capaces de hacer lo mismo que un hombre? El mito, al fin y al cabo, es una creación del ser humano para explicar el mundo. ¿Por qué no empezamos a cambiarlos para avanzar en otro sentido? Estoy cansada de hombres que te piden que les esperes, que les entiendas, que buscan una segunda madre. Nenas, nosotras pariremos hombres y hemos de educarles desde otra perspectiva... a ver si para entonces la humanidad va un poquito mejor y se erradican comportamientos machistas de ésta.
Pd: tengo unos microrrelatos de lo más monos en la chistera, señores... mañana si eso
Pd2: la ilustración es de Jelkov. Canela fina.