miércoles, 10 de diciembre de 2008

De mitos y mitas


Últimamente leo bastante sobre mitos y este fin de semana han ocupado parte de mis conversaciones que transmito para el debate público. Pongamos por ejemplo el mito de Ulises y sus pruebas mientras la pobre Penélope se queda en la playa esperando su regreso a Ítaca. No seré yo quien diga que lo tuvo fácil pero sí que creo que la historia de la humanidad sería otra si Penélope se hubiese dejado de tantos lloros y hubiese hecho algo. Algo. Cojons, por ejemplo, mandarle a la mierda, hacerse valer y olvidarse de un capullo que no sabe si se acuerda o no de ella. Pensemos, por ejemplo, que la historia fuese al revés. Penélope tiene que irse a cumplir las mismas pruebas y regresar a Ítaca para encontrarse con su amado Ulises. Seguro (y me juego una mano) que a su vuelta estaría con una de tetas operadas y dos amantes... ¿Por qué no cambiamos los mitos? ¿Por qué no las convertimos en heroínas capaces de hacer lo mismo que un hombre? El mito, al fin y al cabo, es una creación del ser humano para explicar el mundo. ¿Por qué no empezamos a cambiarlos para avanzar en otro sentido? Estoy cansada de hombres que te piden que les esperes, que les entiendas, que buscan una segunda madre. Nenas, nosotras pariremos hombres y hemos de educarles desde otra perspectiva... a ver si para entonces la humanidad va un poquito mejor y se erradican comportamientos machistas de ésta.

Pd: tengo unos microrrelatos de lo más monos en la chistera, señores... mañana si eso
Pd2: la ilustración es de Jelkov. Canela fina.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Antes que nada decir que el papelón de esa historia puede parecer que lo tuvo él recorriendo mil aventuras pero, cuando alguien se va,quien más sufre es el que se queda, eso es así... El que se va llena sus días de nuevas experiencias y no tiene nada con que comparar, no puede echar de menos a nadie en esos lugares nuevos donde nunca lo tuvo... El que se queda cual Penélope, sufre, siente el vacío siempre.
Sinceramente creo que la especie Penélope está consagrada a la desaparición. Haberlas, hailas, evidentemente, pero también existen (y conozco un puñao!) las que han roto el mito y viven su vida sin esperar y tomando decisiones.

No sé si pariré o no un hijo algún día pero sí que sé qué métodos de castración de su personalidad no emplearé.

Un petó
Carmen

Imagine... dijo...

además, mientras VIVES, casi ni tiens tiempo d pensar...pero cuando solo t queda lamentarte??hay dios...tuve la suerte de estar presente en una de tus (seguro q muchas) protestas,jajaj...estoy de acuerdo, ni qué decir tiene...pero m está viniendo un solor d cabeza q no m mola y m bloquea,jaja...un bsazo
P.D.claro q seguiré seindo punki,seguramente más q ahora!!!