martes, 17 de febrero de 2009

Los puntuales


El puntual mira inquieto el reloj, cruza la calle para pedir un café para llevar en el Starbucks, vuelve a la boca del metro. Repite sistemáticamente su melodía: sorbo de café, vistazo al móvil, reloj, café, móvil, reloj, cafémóvil, reloj, cafémóvilreloj...
Pasan los minutos y se agobia. Tira el vaso de café a la basura y se aleja penosamente por una calle comercial bulliciosa.

Dos minutos más tarde pongo mis ojos en ella: misma rutina, misma desesperación, otra salida de la misma parada de metro.

Los puntuales son gente tan respetuosa que no se llaman para no poder reprocharse la falta de respeto que supone que se llegue tarde sistemáticamente a las citas.
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Visto y vivido ayer en la Plaza de Callao. Lugar de (des)encuentros donde los haya.
La ilustración es de Sucktalife

6 comentarios:

albert dijo...

siempre me ha parecido curioso el comportamiento de la gente que es puntualmente impuntual, es decir, que siempre llegan tarde una cantidad fija de tiempo. así que para que todos estén a las diez, a algunos hay que decirles que se ha quedado a las nueve y media o a menos cuarto, y así todo el mundo llega a la vez. y me pregunto: ¿porqué se enfadarán estos impuntuales el día que descubren la treta o llegan impuntualmente a la hora que se les ha dicho? encima a veces te reprochan que te han estado esperando el mismo tiempo que tú tantas veces les has estado esperando a ellos. pues así es. o'clock

Imagine... dijo...

yo soy impuntual...y las dos o tres personas más cercanas a mí también, ahora todos llegamos a la vez y todos impuntualmente, jaja, eso es arte

un beso!

A corderetas con mi alma: "Corde" dijo...

Mmm, yo soy puntual, ¿eso es bueno o no? Porque es cierto que me pongo un poco de mala leche cuando la gente es tan sumamente impuntual, aunque suelo reprimirme bastante en los comentarios tras el encuentro.
Callao tiene para varios estudios antropológicos. A mí siempre me ha maravillado, aunque en navidades llega a ser la zona más odiosa de la ciudad.
Van a dar las 00 horas. O'clock

Anónimo dijo...

Pues yo el domingo me cabreé por fin y pienso atrasar los relojes de mi casa. El problema son los de mi cabeza: tengo un inglés dentro. Que en este país las horas de quedada sean aproximadas me enerva, Minerva.


M

Zoe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Zoe dijo...

El problema de la puntualidad,no es la espera, es que a veces no hay Starbucks, ni cigarros, ni siquiera un húmedo caramelo al final del bolso para pasar la espera... es en definitiva el sin sabor que dejan los impuntuales.

Un besote guapa

PD:Im the other Patricia ;)