viernes, 25 de abril de 2008

Mi colchón


Tan frágil como era a veces daba miedo hasta tocarme no fuese a ser que me rompiese. Otras veces a la gente le daba respeto hablarme, por si sus palabras me terminaban de destrozar los oídos. Un día me metí en la cama y no quise levantarme nunca más. Ahora que te habías ido y que ya nadie hacía ni la intención de ayudarme no tenía razones para levantarme a vivir. Y me fui quedando en la cama, y el colchón crecía en mis márgenes y, al final, me convertí en uno con él. Epidermis de sábana, dermis de dolor. Y así pasaron los días hasta que el hombre del tiempo, tan alto, tan cano, tan enjuto, se me apareció en sueños. Me dijo "ya ha pasado, asómate, ya es primavera". Y levanté un poco una ceja y vi que había esperanza. Y, con todo mi dolor, me fui deshaciendo del colchón que me había servido como útero para renacer tan fuerte que ahora no te echo de menos y sigue luciendo el sol.
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Rebuscando en mis cuadernos me encontré con esto. Lo escribí hace meses, el día que cambió mi vida. Y se lo dedico a Corde, porque me ha dicho cosas muy bonitas y porque me da la gana (un abrazo) y prometo contarte el secreto cuando nos veamos. La ilustración de hoy es de esao.

5 comentarios:

interpreta-sones dijo...

genial!! me ha gustado muchísimo.

Madame M dijo...

Muy buen relato, Lostnil. Me voy pal pueblo mañana...¿te traigo un ramillete de tomillo? Besos!

A corderetas con mi alma: "Corde" dijo...

Gracias por la dedicatoria y gracias por hacerme pensar -junto con otra gente- que saldré del colchón un día y sentiré que la tormenta ya ha pasado.
Un besico gordo

Anónimo dijo...

MIGUELMAGA

Supongo que es un relato optimista, llega la primavera, vuelve el sol... Pero a mi me ha entristecido :( jejeje.De todas formas el relato me ha gustado...

Ayer, después de saludarte, me enteré que fuiste profesora de lengua de unos amigos jajaja ya me enteraré de detalles, que seguro que tenias muy mala hostia jajaja.

Saludos!!!!!

Lostnilwen dijo...

Maga, era una excelente profesora de lengua que consiguió que algunos de tus amigos aprobasen aunque JAMÁS entendieran del todo cómo iban las subordinadas. Y nunca les regañé, pero era exigente (como soy yo en todo). Y a los demás, miles de gracias por los ánimos.