martes, 17 de marzo de 2009
Cabeza de borrascas
Tengo una cabeza de borrascas con sus nubes, sus rayos y sus truenos. Tengo la cabeza en otras cosas: en Valencia, 826, siempre, en los sueños y en las esperanzas. Tengo la cabeza llena de un anticiclón emocional. Ya no tengo penas. Ya no tengo cansancio existencial. Ya no tengo vampiros en mi almohada... y prefiero callarme o meterme la mano en la boca y arrancar de un sólo tirón las cuerdas vocales a decir lo que pienso. No seré yo quien siembre tempestades. Ya no me da la gana de contestar las inseguridades ajenas. Prefiero callarme.
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La imagen es de Carl Kleiner.
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1 comentario:
Bestia, radical en eso de arrancarse las cuerdas vocales, pero genial. Soberbia idea.
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