lunes, 19 de mayo de 2008

Máscaras


Parece que no soy, no siento y no padezco. Parece que las cosas no me importan. Mi cara es siempre inexpresiva. La máscara siempre puesta. Las cosas no me suelen doler, o eso parece. Es posible que creas que soy la persona más fuerte que conoces, eso es sólo porque no tienes ni idea de cómo soy. Es posible que te parezca imposible que en mi entre una duda, una inseguridad, incluso a veces puede parecer que nunca he sentido pena. No lo digo, no lo expreso, porque no le importa a nadie quién soy en realidad. Eso se lo dejo a mi conciencia, a mi almohada y a mis noches en vela. Y ahora resulta que te echo de menos, que quiero que vuelvas, que necesito recorrer tu Madrid contigo. Que me apetece escondernos del mundo y que sólo estemos nosotros, en nuestro café con nuestros solos con hielo desmigando el mundo... Que me atrevo a decirlo, eso sí, a tus espaldas, no vaya a ser que te enteres, no vaya a ser que hilen y que te pongan nombre, no vaya a ser que te tenga que reconocer todo esto que no quiero ni reconocerme... Así que lo lanzo a un mar sin nombre, sin caras, sin sentido. Y me quito temporalmente la máscara para ver si duele o no ser quien eres.

Pd: La imágen es de 'La máscara de cristal' uno de los regalos más bonitos que me han hecho... Un cuento oscuro y gótico, como yo.

3 comentarios:

A corderetas con mi alma: "Corde" dijo...

Viví durante tantos años con una máscara que el día que me la quitaron a la fuerza, nadie me reconocía. Es extraño. Vivía más feliz con la máscara puesta, pero los problemas me vinieron por haberla llevado puesta y no haber sido quién yo era desde el principio. Ahora puede que me guste menos, pero al menos la máscara no me cubre entera.

Alcaudón dijo...

Bueno... hay veces que me da por pensar en lo bueno que pueda llegar a tener vestir una máscara. Supongo que en cierta medida impermeabiliza nuestra primera esencia, supongo que guardamos (seguramente de manera involuntaria) lo que somos para ocasiones y personas especiales.
Es un mecanismo de defensa que hay que saber usar, y del que nunca se debe abusar.

albert dijo...

las máscaras dan poder, por eso son tan adictivas, permiten tanto ser como en realidad somos, cómo nos gustaría ser o esconder lo que somos. a veces todo mezclado