jueves, 5 de julio de 2007

Los días...


Ayer fue un mal día. Hoy está siendo un día mucho más calmado. La gente llena la cotidianidad de problemas y, si no los tiene, de pequeñas rayadas mentales cuyo único fin es desestabilizar sus propios nervios y los de la gente que le rodea. Es entonces cuando dejamos a un lado la racionalidad que caracteriza al ser humano, para pasar a convertirnos en depredadores del otro. Cuando dejas de pensar con claridad, cuando los nervios afloran, cuando todo lo que tienes en tu interior es ira... es ahí cuando empiezas a soltar las pequeñas putaditas que has acumulado durante días.

Dicen los psicólogos que la ira es un mal pensamiento, pero la rabia es un pensamiento curativo. Cuando la gente te falla pasas por esa fase de ira. Una vez superada, el discurso debe cambiar. Creo que deberíamos decir "me dió rabia lo que me hiciste, la manera de fallarme". Sin odio, sin resentimiento, sólo el sentimiento puro: rabia, impotencia...

Los pequeños problemas diarios que nos tragamos (como si de penas se tratasen), suelen explotar un día, porque sí, sin previo aviso. Sería mucho más saludable irlos contando a diario, ir soltando penas en pequeñas dosis, ir sitiéndose más comprendido por el otro, más querido por el otro... Si no dejásemos que fuesen sumando, tendríamos más maneras de plantarles cara.

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