
Evitaremos las luces, nos esconderemos en los márgenes de la sombra, de la irrealidad y de la noche. Nos guiarán los instintos. Dejaremos de lado los compromisos. Nos dejaremos llevar por las apetencias porque, señores, esta noche no hay más muerto que uno mismo ni más vida que tus ganas. Esta noche la ciudad muta, se transforma. Unos honran a los muertos y otros, nosotros, los más osados, celebramos que un año más caminamos por el filo de la Katana y todavía seguimos (ni vivos, ni muertos) para tomarnos otra copa. Brindemos por las veces que deseamos morir, por las veces que sientes vida, por los sueños, por las esperanzas. Yo brindaré, como siempre, con Vodka y lima, otros prefieren una sin y algunas de dejan llevar por los instintos que abocan a un ronmiel más. Pero, entre tanto, danzad, danzad malditos, porque esta es la noche en la que se celebra la libertad. Y yo, que siempre he odiado las fechas de 'El corte inglés' este año lo celebro porque sí y porque apetece. Morir para resucitar. Morir para reencarnarse. No hay más infierno que seguir vivo...