jueves, 12 de abril de 2007

A dos metros sobre tierra.


¿ No os pasa a veces que las cosas os van tan bien que tenéis miedo de que el globo se pinche y volver a caer abajo y sin paracaídas? Pues esa es la sensación que tengo, que todo va demasiado bien para ser verdad. En este mes de abril, por fin, he empezado a cobrar el sueldo que me corresponde, por fin las cosas van mejor en mi cabeza, por fin me he quitado los picores (mejor no preguntéis), por fin tengo ganas de salir de cañas con los amigos, por fin veo el final de la depresión y por fin las cosas van genial con Carter. Tanta suerte en tan poco tiempo me deja con una sensación de miedo increíble, pero tengo que sobreponerme y seguir disfrutándolo.

El cuento ya está bastante avanzado, es posible que este fin de semana caiga en manos de la agraciada, pero dependerá del curro que tenga hoy y mañana. Porque mi jefe me ha dicho que tengo que hacer una revista entera para finales de la semana que viene y, claro, yo no sabía ni que esa revista existía. Para compensar la perra del super de cuyo nombre no quiero acordarme ha dicho que va a romper el contrato... Si finalmente se decide sólo puedo decir una cosa: Hay años en los que es Navidad dos veces :)

Por lo demás, espero con ansia que me caiga en las manos el disco nuevo de Björk y en de Los Planetas. Dos fetiches que persiguen mis días desde tiempos inmemoriales y que me acompañan en los días buenos y los malos (sobre todo en los malos, no sé por qué). El caso es que se supone que me llegaban esta semana y por aquí no han aparecido...pero espero a que lleguen pacientemente para contaros. Poco más hoy, os dejo un saludo que luego decís que soy una borde.

2 comentarios:

albert dijo...

virgensita virgensita que me quede como estoy...
ahí estamos!!!
la balanza cósmica por fin empieza a juntarse con la de la justicia.
ánimo

Anónimo dijo...

Normalmente cuando se siembra se recoge. Los momentos en los que se echa la semilla suelen ser jodidos, pero siempre llega septiembre, en este caso, abril. No pierdas demasiado el tiempo pensando en lo malo, disfruta de lo bueno, ahora que la moneda se ha dado la vuelta. Así te recargarás para cuando lleguen tiempos peores. Ya lo dice Punset: perdemos mucho tiempo y energías poniéndonos en lo peor. Y el hipotálamo, hija mía, zufre mucho. Llénate dopamina, que es la droga que más mola.