miércoles, 11 de abril de 2007

Un día cualquiera



"Lamento todo lo que te está ocurriendo, pero yo ya no formo parte de tu vida. Quisiera que dejaras de molestarme. Lo siento. Tengo que colgar."

Este es el principio del cuento que le estoy escribiendo al Hada. La verdad es que he empezado a escribirlo unas seis veces, tenía los personajes y la historia pero no encontraba el camino. Ahora sé lo que nos quiere enseñar, he visto claro, por fin, el camino. No os dejéis llevar por las apariencias. Lo que habéis leido es un mensaje en un contestador automático y ella es una mujer fatal. El hada dirá que no entiende por qué escribo para ella un cuento con una mujer así, pero, créeme, tiene sentido.

Ayer fue un día estupendo que acabó estupendamente: durmiendo un montón de horas abrazada a Carter, que me ha despertado esta mañana zumo de naranja recién exprimido en mano. Por esas cosas le quiero, no por la maleta a medio deshacer en medio del cuarto. Pero ¿qué importa una maleta si te traen el desayuno a la cama con una sonrisa y un beso? ¿qué importa nada, por malo o feo que sea, si tengo abrazos que me consuelan? ¿qué más dá fregar mañana o que la cama no quede bien hecha?

Hoy es un día cualquiera, pero es un día en el que, por fin, no llueve.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese es el camino, Mari: los zumos de naranja, que, además de tener vitaminas, consiguen que las visibles pelusas pasen a mejor vida (aunque haya que recogerlas...pero más tarde). Tal vez al Hada le venga bien una pequeña dosis de mujer fatal... Mmmm, o tal vez no... Mmmm...

Anónimo dijo...

Qué gusto da leerte maja! Yo creo que al hada le haría mucho bien, por eso se lo escribo...Las pelusas me dan exactamente igual y a usted le debo una visita a mi santo hogar. Avíseme cuando tenga tiempo, señora. Un besazo!

Unknown dijo...

Hay gente para las que es Navidad casi todos los días.