martes, 17 de junio de 2008

Deliro


Deliro. Es la fiebre. Soy consciente de que me estoy imaginando que este picor es por las hormigas pero es que las veo. Unas hormigas rojas de casi un centímetro se mueven rápido entre mis piernas y me muerden. Creo que me obsesionan las hormigas rojas, porque es un sueño repetitivo. Tengo heridas en las manos. En realidad sé que me lo estoy imaginando pero veo los mordiscos y grito. Entonces aparece él. También sé que es mentira porque no es Dios y no puede estar en dos puntos del planeta al mismo tiempo. Me dice que ya pasó y me llama xiqueta y entonces aparece el único chico que me llama xiqueta y empieza a soplar y se van todas las hormigas porque ellos las asustan y doy las gracias y los dos se van y quedo sola mirando la nada esperando el próximo ataque sorpresa ahora que vuelvo a estar sola y a ser vulnerable. Al rato vuelve aparecer el chico que no puede ser Dios porque no tiene el don de la ubicuidad aunque debería y me dice que se queda a dormir conmigo. Es mentira pero casi puedo sentir que me roza... Me tranquilizo. Abrazo la almohada y sueño con él.
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Esta es una de las experiencias traumáticas con la fiebre que he tenido estos días. Estoy mejor.

2 comentarios:

A corderetas con mi alma: "Corde" dijo...

¿Delirium tremens? Es broma...
Lo de las hormigas, mal rollo. Lo del chico con don de la ubicuidad... ¡quién pudiera! Lo que más me ha gustado es que soplase.¡Qué buen chaval!
Un soplido entre sueños me parece tan erótico...

albert dijo...

columna nocturna?