jueves, 26 de junio de 2008

Borrascas y anticiclones


Se acerca la tormenta y yo la miro a los ojos. Observo cómo se mueven las nubes, cómo van tomando posiciones sobre la ciudad, cómo empiezan a sonar truenos lejanos. No me importa demasiado, sólo espero mi turno para empaparme sólo lo que yo quiera. Cuando la única sorpresa que tiene tu vida es si rompe a llover esperas que caiga un rayo que te parta en dos y se lleve tu cabeza a donde haga más falta. Quizá así puedas estar en dos sitios a la vez o priorizar, por fin, tu vida. Tú qué dices, ¿Anticiclón o borrasca?
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Me gustan mis amigos. Mañana nos vamos de boda y estamos todos como locos preparando todo para que la primera boda del grupo sea memorable. Nunca creí que esto fuese tan divertido. También me gusta ganar (siempre) asique me he jugado unos euros en la porra del curro por el partido. Si quedamos 2-0 me llevo 70 leuros y ya os he dicho lo que me gusta ganar...
La ilustración es de Galahouse, intentaré postear mañana otra reflexión paranoica.

2 comentarios:

Alcaudón dijo...

Bueno... yo prefiero anticilón a veces. Otras la borrasca siempre viene bien. Las tormentas tropicales son imprescindibles tanto o más que las eléctricas (la electricidad es divertida). Lo bueno, supongo, es la variedad y saber que siempre escampa después de un temporal y que siempre llueve cuando la sequía se convierte en algo crítico.

Alsan dijo...

Arriba las borrascas. El mayor ejemplo de un anticiclón es un funcionario tras su ventanilla, casualmente lo más opuesto a lo que quiero que sea mi vida.
Con los divertidas que son borrascas y sentir las emociones.
P.d. siento lo de el gol de Silva. Como dijo Job " Dios me lo dio, dios me lo quitó."