lunes, 29 de enero de 2007
Las relaciones sociales de las hormigas.
Normalmente no tengo ninguna duda sobre el carácter no convencional de la gente me rodea. Todos ellos son capaces de crear de una manera u otra un mundo al márgen de lo establecido. Si miro a mi alrededor tengo dibujantes, ilustradores, artistas, cuentacuentos, clowns y filósofos a tiempo parcial. Y es cojonudo pasar con todos ellos el fin de semana de cañas soportando locuras compartidas en sitios de siempre o nuevos sitios de siempre. También me resulta cojonudo descubrir que cuando alguien se incorpora a nuestro pequeño ecosisitema es tan peculiar como nosotros mismos. En realidad, creo que mucha de la gente que me rodea son ángeles que me cuidan en las tardes en las que escribir una novela para un hada se hace demasiado tedioso.
Y eso es una buena noticia.
Si miras a la pareja que tienes sentada justo enfrente en el bar, o escuchas las conversaciones de otros en el metro, si observas con atención a los que te rodean verás la suerte que tenemos de no ser como ellos... Y no es que crea que mi vida sea mejor, más bien al contrario. Esta obsesiva capacidad para rayarnos por las comas y las tangentes hace que seamos un poco tristes... pero al menos soy triste porque estoy haciendo algo mayor, algo que supera mi propio conocimiento personal y de la vida. Mejor eso que explicarte porqué no queda bien el pantalón marrón con los zapatos negros.
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4 comentarios:
cuidas a tu ángeles y ellos cuidan de ti. tienes mucha suerte.
eres inmensamente rica
cuentos de HADAS, PRINCESAS, DRAGONES, SIRENAS y ÁNGELES DE LA GUARDIA...
BARES, NOCHES en BLANCO...
...o de lo mal que van las playeras con un abrigo de piel...
Pues a veces me encuentro sonriendo en el metro o por la calle y la verdad es que no me gusta ni compadecer a nadie ni que me compadezcan.
Hoy se lo he recordado a un amigo: no quiero que me protejan de los demás, tan siquiera me gusta protegerme de mí mismo ni de lo que deseo ("Protect me from what I want").
La gente tiene el derecho asertivo a equivocarse, tienen derecho a pensar distinto y nosotros tenemos derecho a no estar de acuerdo. Eso es enriquecedor para las dos partes sólo si se escuchan entre ellas.
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