jueves, 22 de noviembre de 2007

Mizaru, kikazaru e iwazaru


Como algunos sabéis hubo una época en mi vida en la que me dio por estudiar filisofía oriental. Los tres monos sabios (aquí transformados en calaveritas) dicen mizakaru (no oigas) kikazaru(no hables) e iwazaru (no veas). A lo largo de la historia ha habido miles de interpretaciones a los monos sabios. En el mundo occidental lo hemos traducido siempre como la negación absoluta. Sin embargo, para los orientales hay dos interpretaciones:

- El miedo absoluto: el shock emocional ante una situación de peligro, mantener la calma, ser zen.

- El camino a la sabiduría: negarse a ver, decir o escuchar maldades...

A lo que voy es que siempre hay una realidad (una figura de unos monos) y varias interpretaciones posibles. Por cuestiones culturales (o de otro tipo) siempre hay más de una forma de ver la realidad. Entonces ¿quién sabe cuál es la correcta? ¿debemos compartirlas para enriquecernos? ^¿Es mejor guardar silencio o hablar de lo que ocurre? ¿ es mejor decirle a la gente lo que pasa o quedarnos mudos haciendo que no sabemos? ¿Debería coger a la gente a la que tengo cosas que decir y decírselas? ¿La sinceridad puede joder una amistad? ¿Se puede ser amigo de quien estás enamorado? ¿ Debo sentarme delante de Carter y ser sincera? ¿Y de Jw4? ¿Y de los demás?

4 comentarios:

albert dijo...

cuando ocurre algo que genera un problema hay que ser sincero. porque si se va a joder una relación o una amistad por intentar arreglar un problema contando la verdad, es que la cosa está podrida de antes. la línea que separa al amigo del entrometido es difusa. si te piden sinceridad hay que darla. pero meterse dónde no te han llamado a contar algo, siempre es delicado, y creo que la única manera de saber de si se está haciendo bien es pensar en la pureza del acto, es decir, que no haya el más mínimo interés personal en la intromisión.

se puede ser amigo de la persona enamorada (siempre y cuando sea tu pareja, si no, lo que haces es cultivar un dolor en el pecho que quema por dentro). para mí,de hecho es condición sine qua non.

cómo me gusta la filosofía oriental. y si encima se ilustra con monos mejor (al menos eso pensará berto)

Anónimo dijo...

Mucho cuidado con el sincericidio. Siempre he abogado por decir la verdad: ahora creo que tendría menos amigos si fuera más sincera y no, no sería más feliz. Me dan miedo los mentirosos , pero también los sinceros. Si no sabes cómo decir una verdad, mejor dí una mentira piadosa.

Anónimo dijo...

Yo abogo por la honestidad brutal. Se siempre sincero cuando te pregunten. Si te estan preguntando es por algo!!!! Pero en cuanto a cuando no te pregunten, si no tienes algo bueno que decir mejor callarse. En ambos casos prevee siempre las consecuencias que puedan tener tus palabras o tus silencios y preparate para ellos.

Anónimo dijo...

Personalmente pienso que el principal problema de humano es el miedo.Falta de sinceridad por miedo y exceso de ella por el mismo motivo.Creo que el equilibrio está en una sinceridad controlada,pues no sirve de nada decir lo que para uno es una verdad cuendo es improcedente.Pienso que cada uno ha de encontrar en sus ropios valores morales las respuestas y momentos adecuados.Tanto en amistad como en amor la sinceridad se convierte en semilla de lo que sera un gran árbol,sin ella estaríamos viviendo tras una máscara, siendo algo artificial que terminaría con la pérdida de la esencia de uno mismo.