lunes, 3 de marzo de 2008

Me enfrento al miedo (I)


Para ser sinceros hacen falta, al menos, dos personas. Porque es absurdo ser sincero con el aire, mejor será que nos sentemos en la misma mesa (a ser posible en un sitio que no sea ni muy tuyo ni muy mío) y nos contemos las cosas mirándonos a los ojos y, sobre todo, aliñando las palabras con una o dos cervezas (que no sé qué tienen que te hacen decir la verdad sin sutilezas ni rodeos). Pero para ser sinceros deben coincidir nuestros espacios- tiempos porque, si esto no ocurre, no habrá ni sinceridad, ni sincericidio ni siquiera un punto y seguido para esta historia. Y yo que, se supone, iba a enfrentarme a mis miedos, me enfrento una vez y otra con los días sin nombre ( mañana, o mejor, pasado) y así mañana se convierte en pasado y pasado en silencio y ausencia y yo me quedo con mi valor en la chistera esperando, otra vez, a que vuelvas para hacerte un hueco en mis días que no es que no haya querido darte ahora ( ni mucho menos) si no que no he podido darte. Y me encuentro, de bruces, con otros ataques de sinceridad ajenos, pero que me versan y pienso dónde coño podré comprar el valor por kilos.

La imágen (otra vez de un japo) es de Hiroshi Goto.

6 comentarios:

albert dijo...

don't procrastinate, que dicen los ingleses y que no tiene traducción directa.

Lostnilwen dijo...

Pero ya es bastante exacto en sí mismo...Me molan estas frases de difícil traducción.

Alsan dijo...

En este mundo hay dos tipos de personas. Los que tienen el valor para deciry actuar sobre su vida y los que dejan que todo siga, por no tener valor. Así se encuentran un día con que nunca han tenido el valor para asumir el control de su vida.
Teniendo en cuenta tu tryectoria vital, creo que no eres de las segundas.
Por lo tanto, fuera miedos, dudas y temores y enfrentate a las cosas.

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog, y disfruto con las imagenes orientales. Te encontré por casualidad buscando algo sobre el tiro con arco zen y estoy disfrutando de lo lindo leyendote el poco rato que dispongo.
Un abrazo

Lostnilwen dijo...

Lo que tiene el zen, el yoga, el kendo, la meditación y todos estos "rollos orientales" es que son extremadamente adictivos. El zen en el arte del tiro con arco es uno de los libros básicos de mi vida (recomendación para todos). Toni, gracias por leerme y por tus palabras. Sea bienvenido.

A corderetas con mi alma: "Corde" dijo...

Aquí una sincera que se sincericidió un día y ya no sabe qué hacer con la sinceridad... ¿La estaré sobrevalorando? Me gustaría contestar que no...