martes, 22 de mayo de 2007

A tope


Tengo muchísimo trabajo y,claro, me acuerdo de esos días de asueto jugando con muñecos bonitos y con los amigos en el parque de Caramuel. Me acuerdo que compraba soldados a peseta y chuches a duro a una señora, peculiar ella, con una mesa extensible de estas que se llevan las familias de cámping y que siempre me gritaba un ¡Bonita!! que me dejaba sorda durante unos segundos...

Ya no hay tiempo para jugar, excepto a la Play 3 los fines de semana. Por eso me gusta cuando viene a verme Namid. Porque juega con mi gato y toda la ilusión del mundo es bajarse a jugar al parque que hay frente a mi casa. Qué bonito ser pequeño! Qué bonito ver la ilusión en los ojitos de esa personita! Una ilusión que yo también tuve. Ahora hablamos de cosas de mayores: de dinero, de responsabilidad, de ascensos y de contratos. Por cierto, Pableras, bienvenido al equipo

5 comentarios:

Unknown dijo...

Deberíamos madurar, pero no deberíamos de dejar de ser niños.

Unknown dijo...

Por cierto, Pableras Talamanca, Bienvenido al equipo (sabrás perdonarnos).

Anónimo dijo...

Yo a veces echo de menos la infancia...hasta que me bebo una birra y me alegro de tener más de dieciocho. En serio: si no matas al niño se está muy bien así...¡No dejéis nunca de jugar!

albert dijo...

como dice algún sabio, la diferencia entre un niño y un adulto es el precio de sus juguetes. yo como estaba de rabieta, me he pillado una flauta china con la que atormentaré a mis vecinos
fi fu fafiru fafiru...

Anónimo dijo...

Un niño? no sé que tiene de ventajas e inconvenientes, lo único que sé es que cada uno en esta vida es lo que quiere ser y a partir de ahi vienen los problemas y las alegrías.