martes, 27 de marzo de 2007

Juego de niños


Las relaciones sociales son un poco como hacer encaje de bolillos: algo tedioso y complicadísimo, lleno de normas escritas y no escritas que hacen que un hilo sólo pueda ir en un sitio.

Cuando éramos niños no había normas ni piedad. Podías decirle a una persona: no te soporto, te odio o quiero que seas mi mejor amiga sin que eso generase más trauma. Esas relaciones inconscientes son las que marcaba el día a día de una sociedad perfecta fundamentada en la apetencia propia. Por eso es la época que más recordamos: por la libertad total de formas y contenidos.

Cuando maduras eso se pierde. Tienes que decirle a una amiga que está monísima aunque pienses que ha cogido cinco kilos y que no la sientan nada bien. Tenemos que cumplir y ser "educados" constantemente. En días como hoy extraño profundamente los días en los que podía decirle a una persona "eres tonto" sin que se ofendiese en exceso. Nos hacemos mayores...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si tienes claro que con alguien no quieres nada puedes decírselo sin contemplaciones. También puedes evitar ciertas compañías y decir que no cuando algo no te guste. A los verdaderos colegas hay que cuidarlos, pero con cierto tacto también puedes discrepar. Y a los demás... que les den.