lunes, 22 de octubre de 2007

Sin dormir


Me gustaría que te metieras en mi cabeza sólo un segundo para que vieses el mundo desde mi ojos.
Me gustaría que hicieses el esfuerzo de comprender por qué te quiero. Me gustaría que entendieses que te extraño más como cómplice que como pareja. Me gustaría que supieras que espero que estés bien. Pero también me gustaría que la tos me respetara las horas de sueño, que a las hadas no se les llenen los ojos de lágrimas, que la gente dejase de malinterpretar las palabras de los demás, que la gente dejase de meter cizaña, que los amigos demostrasen que lo son (si lo son y en qué grado).

El caso es que mi tos me ha tenido en vela preguntándome qué debería cambiar en mi vida y, resulta irónico, en la desesperación de la noche lo he visto todo claro. Lo único que necesito es empezar a respetarme. Tarea difícil cuando te has pasado años entre la autocopasión y el dolor. Espero no quedarme sola, esperando, hecha un ovillo, a que llegue de una vez el alba para que se retiren los monstruos que pueblan las noches de borrachera.

1 comentario:

albert dijo...

hacerse un ovillo está muy bien, sobre todo si eres un puercoespín. así descansas pero con las púas para fuera. pero no vas a estar sola, seguro, que si necesitas alguien que espante monstruos de borrachera, yo de eso sé un poquito

arriba!!