jueves, 3 de enero de 2008

I've got so many reasons


Pues eso: que tengo muchos motivos para haber celebrado hasta altas horas de la madrugada del 2 la llegada del nuevo año. Razones como que empiezo a ver las cosas con claridad meridiana ( que decía la gran Carmen Caffarel), como que estoy rodeada de gente que me importa y a la que la importo, como que me lleno los días de conversaciones magistrales con cervezas y hadas, como toda la gente con la que, de pronto, cuento, y sobre todo, porque ya no está el que más que feliz me transformó en tristeza (que no digo yo que sea malo, que él fue un sol que no estaba hecho para mí). El caso es que la llegada del nuevo año me ha hecho renacer y, sobre todo, bailar mucho. Creo que no he parado de viernes a martes por la noche (TrasTiga, nuevo palabro) y me siento realmente bien. He tonteado mucho, he dejado que me miren pero no toquen y he sentido la adulación del género masculino en estos días (viva, viva...). Y, para colmo, un mail suplicándome que le deje dormir conmigo esta noche ¿pues como no iba a dejarte? Asique ando con nuevo cómplice (que no chico, que no novio, que no amante, más bien, como dice el hada, una locura) y que me tiene con una sonrisa, feliz. Pero la felicidad no es sólo eso: es haber aprendido a no pensar en él, a no acordarme sólo de lo bueno, a superar heridas, a ver barreras ( las mías, las que tengo que superar), a seguir andando sin que importe mucho lo demás. Lo importante es seguir bailando...

La ilustración es de Roya Hamburger. No es la mejor de su catálogo pero me venía guay.

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